viernes, 7 de junio de 2013

Los paseos por Santiago

Con un mes por delante de espera  para el permiso de trabajo me estoy dedicando a varias cosas que remedio.. Además de encontrar un piso muy bonito en Bellavista, y pasearme por todo providencia por las mañanas, sobre todo para hacer tiempo antes de ver los pisos, he podido subirme a los cerros que hay por Santiago..Ya he visto además los Barrios de Italia Nuñoa, Las Condes y Vitacura.
Circuito en bici por los cerros de Santiago
He paseado además por el mercado de la Vega, por Recoleta (Alrededor de la calle Patronato), por cierto nada que ver con la Recoleta de Buenos Aires por supuesto…

Vista de Santiago
Sports Mall más allá de las Condes
En mi día a día, sigo como amo de casa cambiando dinero cuando el euro está alto, haciendo la compra y probando nuevas recetas para cocinar..
He aprovechado a pasar tardes y días con algunos “Erasmus” que están en Santiago. Su vida me recuerda a la que yo tenía en Paris, viviendo juntos en casas jugando a juegos de beber, con un recién aprendido español o chileno (usando mal el verbo ser y estar). Aquí los estudiantes son de Brasil, de Francia, de Alemania, de Suiza o de Italia, no muchos estudiantes españoles vienen por estos lugares del hemisferio sur.

 Muchos tienen su bici del todo a 100 y organizan viajes por Chile y por los países colindantes: este miércoles nos vamos a Buenos Aires me dice Alina, o a ver si podemos ir a Mendoza  me dice otra estudiante, más preocupada por viajar que por sus estudios por supuesto. Todos hacen planes para ir a Pucón, Villarica, Atacama, Bolivia o Machu Pichu. Casi todos esperan con ansias un puente largo o el fin de exámenes para irse a conocer Sudamérica.

A mí se me hace extraño primero por ver que están aprendiendo chileno en lugar de castellano, y luego porque volver a vivir las cosas de los Erasmus a los 28 me confunde.


Vuelvo a ir a discotecas plagadas de extranjeros donde se entra gratis por no ser chileno, vuelvo a ver a los tíos como en Paris bailando como si estuviesen delante del espejo, las chicas desmelenadas de 23-24 años locas por emborracharse y montando el show en las discotecas. Todo esto me parece un poco un déjà vu pero curiosamente no me entra nada de nostalgia sino un poco de pereza de volver a vivir esos momentos desde fuera.



Discoteca en Bellavista

Erasmus por Santiago

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